El primer rayo de sol ha penetrado la ventana, iluminando toda la habitación, levanta su hermoso rostro lleno de ilusión y alegría, su pálida tez empieza a recobrar los colores y ella rechazando la entrada triunfal del viento y de la luz, se esconde tímida entre las mantas, un olor dulce y perezoso la va dirigiendo involuntariamente hasta el más delicioso manjar, después de un tiempo, el aroma ha cesado y ahora ella se ha abarrotado de inocencia y exquisitas delicias, el nacimiento del agua la recibe entre danzas y cantos, mientras que la orquesta que le dedican, la rejuvenece y la vuelve a elevar entre sueños cumplidos, y los que faltan por cumplir, su mente ahora vuela lejos del dolor que la obliga a vivir esta fría realidad, siendo recibida por ninfas de toda especie, pasó junto a las náyades que le dieron la bienvenida invitándola a nadar con ellas en infinitos manantiales llenos de natural resplandor y cristalina belleza, millones de burbujas creaban cosquilleos infinitos alrededor de todo su cuerpo, haciendo que así mostrara su tímida sonrisa de marfil, que junto a la sinfonía de sus carcajadas, creaban una obra de natural alegría, cansadas ellas, de tanto jugar, se despidieron para dejarla junto a las hespérides, todas ellas se reunieron y en su honor crearon una orquesta, y entre escalas, arpegios, y acordes, empezaron a girar sobre las olas, primero en tiempo dolce, luego en moderato y finalmente en Allegro, se mecían entre el océano, haciéndolo danzar con ellas, primero forte, luego piano, luego forte, luego piano, forte, piano, forte, piano, y luego un cressendo hasta llegar de nuevo a forte, las oceánides despertando empiezan a hacer parte del espectáculo mientras que las hespérides se elevan para empezar a pintar de colores el cielo, cálidos amarillos, pálidos rozados, apasionantes rojos, suaves azules, creando así una obra imposible de plasmar en tela o papel, un arte cambiante llevando armonía a todos los rincones del alma, después de horas de eterna demostración de amor a un ser tan mágico, sencillo, tierno y paciente, empiezan a partir lentamente, las oceánides, se duermen en el océano para proteger a los seres que en el habitan y las hespérides se esconden entre los cielos, para dejar de ser vistas, y que ahora ellas formen parte del gran paisaje al que todos estamos acostumbrados a ver pero no a notar.
Después de presenciar algo tan divino, sus mejillas se sonrosaron, haciendo juego con las chispas de felicidad que sus ojos rebosaban, la luna escondida entre nubes al ver su resplandor decidió mantenerse oculta mientras ella la buscaba con curiosidad, al encontrase las vistas, ambas bellas y hermosas, inmaculadas y nacientes, de manera diferente pero sin capacidad de comparación, al tener igualdad de belleza, se quedaron contemplando un minuto de mil siglos y luego el cielo al ver tanta hermosura reunida lloró de felicidad, hasta que los ojos se le secaron y las estrellas amontonadas buscaban la manera de poder ser invitadas a las fiesta que el sistemas solar presenciaba, llegaron como invitadas con las mejores prendas que tenían, mientras las dos anfitrionas, una de la noche y la otra de la vida, viniendo la última vestida de culta mujer, irradiando belleza de todos los colores, ella es el centro de atención, un espectáculo sin nombre se presencia con su caminar y todos admirados la reverencias como una princesa dulce, suave, y tierna, y aunque a veces logran despertar su furia iracunda, pero ella se esconde entre su alma y luego vuelve radiante de cariño, amor y esperanza, la otra bella y dulce contrasta con la oscuridad, iluminando la vía de los perdidos, ambos cansadas regresan a su lugar, la una es llevada por el viento hasta volver a hacer parte de la realidad, y la otra girara siempre, haciendo que su justificación sea iluminar a los perdidos cuando se encuentren en la profunda y temerosa oscuridad.
Una pestaña cae en el profundo pozo de sus pensamientos, perturbando así sus aguas, vuelve en sí y ve de nuevo su reflejo, sus ojos pardos siguen siendo igual de profundos y sinceros, su mente sigue allí recordando todo lo que una vez le hizo daño, pero ahora no lo recuerda con dolor, si no con un especial cariño de recuerdos de amor, y sueño.
Se siente feliz, su espíritu se ha elevado, las ninfas y la luna le han dedicado un día para que ella vuelva a ser feliz, ¿pero acaso solo fue un sueño?, luego ve su hombro y ve la marca que ellas le han dejado, no ha sido un sueño, solo ha logrado viajar a un lugar al que no muchos logran acceder, ahora su belleza natural es más dulce y se realza más porque ahora ella sabe que la belleza no radica en el físico, y si fuera por esa razón tampoco habría problema alguno, ahora solo le queda no olvidar que fue la reina de su mundo, y que solo la sencillez y alegría la puede volver a llevar allá, sus castaño cabello rebelde, le recuerdan su rutina y sale a arreglarlo, mientras sigue con la sazón de recordar lo bello que es volver a ser feliz si se disfruta solo de la naturaleza y de lo que el mundo le trajo para disfrutar, además de todas los rostros conocidos que las ninfas le recordaron para que no olvidara el amor que le sienten por ser como es.
El primer rayo de sol ha penetrado la ventana, iluminando toda la habitación, levanta su hermoso rostro lleno de ilusión y alegría, su pálida tez empieza a recobrar los colores y ella rechazando la entrada triunfal del viento y de la luz, se esconde tímida entre las mantas, un olor dulce y perezoso la va dirigiendo involuntariamente hasta el más delicioso manjar, después de un tiempo, el aroma ha cesado y ahora ella se ha abarrotado de inocencia y exquisitas delicias, el nacimiento del agua la recibe entre danzas y cantos, mientras que la orquesta que le dedican, la rejuvenece y la vuelve a elevar entre sueños cumplidos, y los que faltan por cumplir, su mente ahora vuela lejos del dolor que la obliga a vivir esta fría realidad, siendo recibida por ninfas de toda especie, pasó junto a las náyades que le dieron la bienvenida invitándola a nadar con ellas en infinitos manantiales llenos de natural resplandor y cristalina belleza, millones de burbujas creaban cosquilleos infinitos alrededor de todo su cuerpo, haciendo que así mostrara su tímida sonrisa de marfil, que junto a la sinfonía de sus carcajadas, creaban una obra de natural alegría, cansadas ellas, de tanto jugar, se despidieron para dejarla junto a las hespérides, todas ellas se reunieron y en su honor crearon una orquesta, y entre escalas, arpegios, y acordes, empezaron a girar sobre las olas, primero en tiempo dolce, luego en moderato y finalmente en Allegro, se mecían entre el océano, haciéndolo danzar con ellas, primero forte, luego piano, luego forte, luego piano, forte, piano, forte, piano, y luego un cressendo hasta llegar de nuevo a forte, las oceánides despertando empiezan a hacer parte del espectáculo mientras que las hespérides se elevan para empezar a pintar de colores el cielo, cálidos amarillos, pálidos rozados, apasionantes rojos, suaves azules, creando así una obra imposible de plasmar en tela o papel, un arte cambiante llevando armonía a todos los rincones del alma, después de horas de eterna demostración de amor a un ser tan mágico, sencillo, tierno y paciente, empiezan a partir lentamente, las oceánides, se duermen en el océano para proteger a los seres que en el habitan y las hespérides se esconden entre los cielos, para dejar de ser vistas, y que ahora ellas formen parte del gran paisaje al que todos estamos acostumbrados a ver pero no a notar.
Después de presenciar algo tan divino, sus mejillas se sonrosaron, haciendo juego con las chispas de felicidad que sus ojos rebosaban, la luna escondida entre nubes al ver su resplandor decidió mantenerse oculta mientras ella la buscaba con curiosidad, al encontrase las vistas, ambas bellas y hermosas, inmaculadas y nacientes, de manera diferente pero sin capacidad de comparación, al tener igualdad de belleza, se quedaron contemplando un minuto de mil siglos y luego el cielo al ver tanta hermosura reunida lloró de felicidad, hasta que los ojos se le secaron y las estrellas amontonadas buscaban la manera de poder ser invitadas a las fiesta que el sistemas solar presenciaba, llegaron como invitadas con las mejores prendas que tenían, mientras las dos anfitrionas, una de la noche y la otra de la vida, viniendo la última vestida de culta mujer, irradiando belleza de todos los colores, ella es el centro de atención, un espectáculo sin nombre se presencia con su caminar y todos admirados la reverencias como una princesa dulce, suave, y tierna, y aunque a veces logran despertar su furia iracunda, pero ella se esconde entre su alma y luego vuelve radiante de cariño, amor y esperanza, la otra bella y dulce contrasta con la oscuridad, iluminando la vía de los perdidos, ambos cansadas regresan a su lugar, la una es llevada por el viento hasta volver a hacer parte de la realidad, y la otra girara siempre, haciendo que su justificación sea iluminar a los perdidos cuando se encuentren en la profunda y temerosa oscuridad.
Una pestaña cae en el profundo pozo de sus pensamientos, perturbando así sus aguas, vuelve en sí y ve de nuevo su reflejo, sus ojos pardos siguen siendo igual de profundos y sinceros, su mente sigue allí recordando todo lo que una vez le hizo daño, pero ahora no lo recuerda con dolor, si no con un especial cariño de recuerdos de amor, y sueño.
Se siente feliz, su espíritu se ha elevado, las ninfas y la luna le han dedicado un día para que ella vuelva a ser feliz, ¿pero acaso solo fue un sueño?, luego ve su hombro y ve la marca que ellas le han dejado, no ha sido un sueño, solo ha logrado viajar a un lugar al que no muchos logran acceder, ahora su belleza natural es más dulce y se realza más porque ahora ella sabe que la belleza no radica en el físico, y si fuera por esa razón tampoco habría problema alguno, ahora solo le queda no olvidar que fue la reina de su mundo, y que solo la sencillez y alegría la puede volver a llevar allá, sus castaño cabello rebelde, le recuerdan su rutina y sale a arreglarlo, mientras sigue con la sazón de recordar lo bello que es volver a ser feliz si se disfruta solo de la naturaleza y de lo que el mundo le trajo para disfrutar, además de todas los rostros conocidos que las ninfas le recordaron para que no olvidara el amor que le sienten por ser como es.
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