Siento una furia en el interior que no puedo controlar
tengo deseos de gritarle a la gente, simplente mi corazón arde en llamas de furia
la gente habla de cosas y como ando en un estado en el que soy poco comprensiva
solo hago caso omiso y me sacan aun más la rabia, siento que dicen idioteces,
y no me molesta para nada sentir esta ira.

Es furia que habla por mi, que no puede controlarse y la única manera que ha encontrado
es esta, venir a jactarme del mundo en papel, un papel que no será leido por nadie,
que nadie querra descubrir porque obviamente les importará un...
nada. Estoy que saco fuego por los ojos, quiero gritar y decirle a la cara lo ridiculo que se ve
haciendose pasar por victima, a todos aun cuando yo haga lo mismo, aun cuando yo también
me sienta debil y me sienta afligida con el mundo, pero en estos momentos, me siento más fuerte
que nadie, no comprendo el porqué de mi furia de un momento a otro, de algo que ni siquiera es un motivo fuerte ni suficiente para ponerme así pero así son las cosas.

Y lo disfruto estoy disfrutando cada segundo de maldad que pasa por mi cuerpo, esta energia, roja, por que no es negra en absoluto, es roja, esta energía que me vitaliza y me hace sentir fuerte poderosa libre, quiero reirme en la cara de todos, quiero reirme enfrente del primero que
se le de la gana contradecirme, que finga curiosidad o simpatía, el primero que salga con alguna
genialidad, quiero ser malvada y reirme, tengo esa sonrisa irónica en mi rostro, de una satisfacción absurda por no tener interes alguno por nadie, por hablar como debiera y de repente
darme cuenta que estoy furiosa y nada de lo que digan podrá calmarme hasta que yo lo haga.
Sonrisa de arrogancia.

Cuando no lo soportó más debo estallar, ya lo he hecho, mi enegía en parte se fue con estas letras, la otra se fue en cientos de caractéres explicando lo que creo al respecto de algo tan sencillo como querer vivir, nada más complejo y a la vez sencillo.

Ah llegado la calma y con ello me voy, dejando este texto lleno de ese odio repentino y que siento que es más pícaro y delicioso que cualquier otro texto que jamás haya escrito.