Paraiso bello!

Paraiso bello!

jueves, 31 de marzo de 2011

Tan real que parece ser una ilusión

¿Tanta euforia es justa? ¿Es acaso permitido disfrutar tanto de las grandes y de las pequeñas cosas? Si estuviera permitido, seria una gran injusticia, pero estando permitido hay que preguntarse ¿Es acaso posible?

Todo es magnífico y es mejor que el mejor de los sueños, la música baila con nuestra alegría fusionada, con nuestros deseos, y nuestros sueños, nuestras sonrisas no pueden dejar de buscar escusas para salir en nuestros rostros enamorados y su voz suave y profunda no puede esconder ese dejo de alegría que no deja de picarnos el cuerpo.

Es uno de los días más bellos, es una ilusión, una realidad tan perfecta que parece ilusión, pero es tan real, que no lo creemos, es por ello que sonreímos, que cantamos con el alma y nos permitimos decir tontadas y ser románticos. Estoy desnuda en la cama de un hombre dulce y tierno, divertido y totalmente fuera de serie con ideas tan grandes que no para de sorprenderme, me fascina estar desnuda frente a un hombre que le encanta contemplarme y disfrutar de mi desnudez, de la desnudez de mi alma y de mi cuerpo.

Todo ha sido una exploración, descubriéndolo me he descubierto. Así que no era necesaria la soledad para tener que conocerme, no era necesario andar de luto para dejar de conocer el pedazo de cielo más hermoso de este planeta, y es tan efímero como el real.

No sabía que existían tantas formas de besos y menos con una misma persona. Están los cariñosos: Los superpoderosos llenos de amor, esos por los que término en la cama de un desconocido de hace un mes, por los que tengo ilusiones, por los que sueño y me hacen pensar en un futuro bello y dulce, son esos los que me hacen sonreír de solo recordarlos, esos que paran el tiempo, que generan mariposas en el estómago y miles de imágenes hermosas pasan por mi cabeza, esos son la razón por la que uno sigue luchando por el amor, los que mueven el piso y detienen el mundo.

Están también los besos dulces, esos que se dan solo para recordar lo dulce que es la vida, esos que le dicen al mundo que nos hemos encontrado, que somos en este momento y lugar la fusión perfecta, son los besos callejeros los que tiran pistas y chispitas, son los que salen sin pensar, son los naturales y espontáneos que no pierden fuerza con la confianza sino que se vuelven testigos de ella, testigos del cariño que ya se consolida y cada uno de esos dulces besos no hace más que confirmarlo e intentar hacer su aporte al cariño venidero.

Los besos rojos, los de la pasión aquellos descarados que saben que uno es humano, aquellos que no luchan contra nada y dejan que uno vuele, que el cuerpo se salga de órbita y se descubra, la fusión de cariño y deseo, del alma y el cuerpo, la unión perfecta con la que no se puede luchar y con la que no se debería luchar, son los que ayudan a sacar a la bondad y a la maldad al mismo tiempo, son los besos más honestos, sinceros y ardientes, son los pícaros que no dudan y dejan ser, los generadores de la máxima confianza, los que llevan a la intimidad solo conocida por ambos, son los enloquecedores y los capaces de transformarse en droga.

Los besos cariñosos son la razón por la que escribo, los besos dulces la razón por la que sonrío y los besos rojos la razón por la que ando desnuda debajo de las cobijas de quién amo.
Los besos son todo, son por lo que todo pasa, las causas de las consecuencias venideras, son los que hacen que la ilusión empiece.

No hay comentarios: